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Capítulo 8 Love Token

En la habitación del hospital, la luz del sol entraba por la ventana, bañando a Isabella con un resplandor cálido. Henry le entregó una caja de joyería de terciopelo rojo a Robert, quien la abrió con una leve sonrisa. Dentro había una impresionante pulsera de piedras preciosas, un verdadero artículo de primera categoría.

—Esta era de mi esposa —dijo Robert suavemente—. Era nuestro símbolo de amor. Ella quería que fuera para la esposa de Michael. Espero que lo aceptes como mi manera de arreglar las cosas.

El tono verde de la pulsera brillaba a la luz. Isabella la miró, sintiéndose conmovida pero conflictuada, con una leve sonrisa amarga en los labios.

—Abuelo, no puedo aceptar esto. Michael y yo estamos divorciados —dijo Isabella, con la voz teñida de tristeza.

—¡Divorciados o no, sigo siendo tu abuelo! ¡Lo que te doy, lo tomas! —resopló Robert, fingiendo tirar la pulsera al suelo—. ¡Si no la quieres, la romperé!

—No, no, la tomaré, ¿de acuerdo? —dijo Isabella rápidamente.

Robert finalmente sonrió, pero al ver la cara sombría de Michael, frunció el ceño y preguntó cautelosamente:

—¿De verdad no hay ninguna oportunidad, Olivia?

—Abuelo, si te importo, déjame vivir mi vida —dijo ella con firmeza, sus ojos llenos de determinación—. No quiero estar atada más.

La mirada de Robert recorrió el rostro de Isabella, cambiando gradualmente de decepción a comprensión. Su amor por Isabella le rompía el corazón, pero se dio cuenta de que forzarla a quedarse solo empeoraría las cosas.

—Está bien, respetaré tu decisión —suspiró profundamente Robert—. Pero, ¿puedes al menos quedarte hasta después de mi cumpleaños número 80? Solo faltan unos días.

—Abuelo, eso no está bien —dijo Michael, frunciendo el ceño.

—¿Cómo que no está bien? ¿Está bien que traigas a Grace aquí y me obligues a aceptarla? ¿Grace y Zoey quieren controlar a los hombres Johnson y hacer lo que quieran? ¡De ninguna manera! —exclamó Robert, golpeando la cama con enojo—. ¡Si aún me ves como tu abuelo y quieres que viva unos años más, mantente alejado de Grace! ¡Nunca la aceptaré!

Grace y Zoey, esperando fuera de la puerta, escucharon cada palabra. La voz de Robert estaba llena de vigor, claramente dirigida a ellas.

—¡Ese viejo! —murmuró Grace, y Zoey rápidamente le tapó la boca, mirándola con furia.

—¡Cuida tus palabras!

—Solo estoy enojada. Está casi muerto, ¿de qué se siente tan arrogante? —replicó Grace.

—Tú misma lo dijiste, no vivirá mucho más, así que ¿por qué apresurarse? Aférrate a Michael. Mientras él te ame, Robert no será un problema —dijo Zoey con calma—. No estuvo de acuerdo con mi matrimonio con Ryan, pero Ryan aún se convirtió en mi esposo. Si controlamos a Ryan y Michael, el Grupo Johnson será nuestro.

Zoey mostró una sonrisa seductora, y Grace, convencida por ella, finalmente se calmó.

Pronto, la puerta de la habitación del hospital se abrió de golpe. Michael e Isabella salieron caminando lado a lado, luciendo como una pareja perfecta, pero para Grace, era una molestia. Especialmente esa nueva pulsera de piedras preciosas en la muñeca de Isabella—parecía mucho más cara que la suya.

Grace no podía entender por qué Robert era tan bueno con Olivia pero tan duro con ella. Pero frente a Michael, Grace mantenía su acto de inocencia.

Tan pronto como Michael salió, Grace se lanzó hacia adelante, con el rostro lleno de preocupación.

—Michael, acabo de escuchar que Robert fue hospitalizado. ¡Estaba tan preocupada por él! —Su voz era suave y delicada, mostrando perfectamente su vulnerabilidad.

Para Isabella, la actuación de Grace parecía especialmente falsa, pero suspiró internamente. Michael, sin embargo, parecía completamente ajeno, mirando a Grace con preocupación, con el ceño fruncido.

—No te preocupes, el abuelo estará bien —dijo, con el ceño fruncido y los ojos llenos de urgencia.

Grace aprovechó la oportunidad para acercarse más a Michael, con una dulce sonrisa en el rostro, pero con un toque de arrogancia en los ojos. Se aferró al brazo de Michael, apoyándose en su hombro, exudando una intimidad inquebrantable. Zoey observaba en silencio, sintiéndose satisfecha, pensando que Grace había ganado de nuevo.

—Grace, no te preocupes demasiado. Aún necesitas cuidar tu propia salud —respondió Michael, con los ojos llenos de preocupación por Grace. Estaba completamente cautivado por su imagen delicada, sintiendo una fuerte responsabilidad de protegerla.

Un destello de triunfo brilló en los ojos de Grace. Pensó para sí misma, 'Michael sigue siendo tan blando como siempre.'

En ese momento, Isabella sintió una profunda tristeza. Ya no podía soportar sus acciones íntimas, especialmente al ver la cálida preocupación de Michael por Grace, lo que le hacía sentir como si su corazón se rompiera.

Hace dos años, Isabella de repente se enfermó en casa, con tanto dolor que solo pudo hacer una llamada telefónica. No llamó a una ambulancia; llamó a Michael. Pero, ¿qué hizo Michael? Ni siquiera volvió a casa para llevarla al hospital, ni contestó el teléfono.

Isabella solo quería que Michael contestara el teléfono, pero no pudo. Resultó que Michael no era incapaz de amar; había dado todos sus sentimientos a Grace.

'¡Maldita sea!' Giró la cabeza, sin querer mirar más, y caminó en silencio alrededor de Grace, queriendo irse. Sin embargo, Grace no quería dejarla ir tan fácilmente.

Cuando Grace pasó junto a Isabella, de repente se lanzó hacia ella. Grace tenía la intención de fingir torcerse el tobillo y caer sobre Isabella, aprovechando la oportunidad para romper la pulsera de Isabella. Inesperadamente, los ojos de Isabella se entrecerraron ligeramente, y con un movimiento elegante, esquivó.

Grace cayó directamente frente a Isabella. Inmediatamente, la pulsera en la muñeca de Grace se rompió en dos pedazos.

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