




Capítulo 7 Ahora es diferente
Michael estaba furioso por dentro, pero se mantuvo sereno, su voz cargada de fatiga.
—Isabella, no puedo discutir contigo ahora. El abuelo está en el hospital y ha estado preguntando por ti. No tomará sus medicamentos a menos que te vea.
Michael no tuvo más remedio que soltar la verdad. Si Olivia aparecía en el hospital, podría ayudar a que Robert mejorara.
Isabella siempre había cuidado más de Robert desde que dejó a la familia Johnson. Cuando Michael le dio la noticia, Isabella mostró inmediatamente una expresión de preocupación.
—¡Iré al hospital de inmediato! —dijo, y Michael sintió un poco de alivio.
Condujo a través del tráfico iluminado por el sol, su mente acelerada. La amabilidad de Robert había sido su único consuelo en los últimos tres años. Sabía que tenía que verlo, sin importar qué.
Justo cuando llegó a la entrada del hospital, vio a Grace y Zoey charlando junto a la pared. A pesar del caos en su corazón, Isabella las ignoró y se dirigió directamente a la sala.
Grace notó a Isabella y se quedó atónita. '¿Es realmente Olivia?' pensó Grace. Isabella lucía completamente diferente, como una reina. Su piel resplandecía, su maquillaje era impecable y sus labios estaban perfectamente coloreados. Su maquillaje y peinado simples solo añadían a su encanto.
Llevaba un atuendo profesional de color claro de un diseñador famoso, perfectamente ajustado para mostrar su figura elegante. Cada detalle gritaba elegancia y lujo.
Sus joyas eran la guinda del pastel: brillantes pendientes de diamantes, un anillo único, delicadas pulseras de oro y un broche de mariposa valorado en cinco millones de dólares.
Hoy, Isabella era como una flor en plena floración, impresionante y cautivadora. Se había transformado de ingenua a segura y madura. No era solo su apariencia glamorosa; era toda su vibra.
Grace sintió una punzada de inferioridad, secretamente furiosa pero manteniéndose callada. Zoey también estaba un poco celosa. Pero cuando llegaron a la puerta de la sala, el asistente de Robert, Henry, las detuvo.
—Lo siento, no pueden entrar —dijo Henry fríamente, su mirada firme—. El señor Johnson no quiere ver a nadie en este momento.
El rostro de Grace se puso pálido; no esperaba esto. Miró a Zoey, sintiéndose incómoda, mientras Zoey, no dispuesta a rendirse, replicó
—No somos extrañas. Estamos aquí para ver a Robert. ¿Por qué no podemos entrar?
—El señor Johnson está cansado. Por favor, váyanse —dijo Henry con firmeza, sin ceder un centímetro.
Isabella escuchó la conversación desde dentro de la habitación y sonrió con desdén. Entró en la sala y vio a Robert acostado en la cama. Parecía cansado, pero sus ojos se iluminaron al verla.
—Olivia, estás aquí —dijo Robert con una pequeña sonrisa, su voz cálida y reconfortante.
—Abuelo, vine a verte. ¿Cómo te sientes? —preguntó Isabella, sentándose junto a la cama y tomando su mano con fuerza, su corazón lleno de preocupación.
Michael, quien también estaba sentado junto a la cama, quedó atónito por la apariencia de Isabella. Ella había venido directamente del hotel, aún con su atuendo profesional, olvidando cambiarse a su ropa habitual en la Mansión Johnson.
Michael estaba sorprendido, casi sin reconocer a la mujer que había sido su esposa durante tres años. Su vestimenta, su comportamiento—todo era diferente.
—Estás diferente —dijo, casi sin creerlo.
Isabella no quería avergonzar a Michael frente a Robert, así que no respondió. Simplemente sostuvo la mano de Robert y dijo con una sonrisa educada
—La gente cambia.
Robert suspiró profundamente. Al ver a Isabella así, supo que ella ya no amaba a Michael. Al final, ¡era culpa de Michael!
Robert luchó por incorporarse, mirándolo con enojo.
—¡Tonto! ¿Cómo pudiste dejar ir a una esposa tan buena? ¿Qué clase de esposa quieres?
Michael solo pudo soportarlo, sin atreverse a esquivar o defenderse. Isabella lo encontró divertido, pero al ver el rostro pálido y débil de Robert, no pudo evitar detenerlo.
—Abuelo, no te enojes con Michael. Soy yo quien no quiere continuar con este matrimonio —dijo Isabella suavemente, dándole palmaditas en la espalda a Robert.
Los ojos de Michael se abrieron de par en par, sorprendido de que Isabella no se quejara ni desahogara sus agravios frente a Robert, usándolo para vengarse de Michael.
'¿Está tratando de recuperar mi corazón y nuestro matrimonio ya condenado de esta manera especial?' pensó Michael, 'Olivia, ¿de dónde sacas la confianza para pensar que me sentiría atraído por ti?'
Si Isabella pudiera leer mentes y supiera lo que Michael estaba pensando, se habría marchado de inmediato. Ya no amaba a un Michael tan tonto.
Robert preguntó con preocupación
—Olivia, ¿te han maltratado? ¿Zoey ha sido mala contigo? —Isabella sospechaba que si asentía, Robert saldría inmediatamente a confrontar a Zoey.
—No, abuelo, es solo que Michael y yo no somos adecuados el uno para el otro. No podemos llegar al corazón del otro, así que separarnos es el mejor resultado para ambos —dijo Isabella, sus ojos brillantes destellando con una tristeza apenas perceptible—. No culpes a Michael. Hemos tenido recuerdos hermosos en los últimos tres años, y eso es suficiente. No lo lamentamos.
¿Recuerdos hermosos? ¿Tuvieron recuerdos hermosos? Tuvieron un matrimonio apresurado bajo la presión de Robert, e Isabella llegó a la Mansión Johnson con un equipaje simple, convirtiéndose en su esposa de una manera tan descuidada. ¡Qué broma!
Los ojos de Robert se enrojecieron gradualmente. Realmente trataba a Isabella como a su propia nieta y quería ser bueno con ella, pero en cambio, hizo que Isabella sufriera mucho. Este resultado le hizo cuestionar si su manera era incorrecta.
—Olivia, lo siento —los ojos de Robert se nublaron más mientras las lágrimas corrían por su rostro—. ¡Henry, trae el regalo de cumpleaños que preparé para Olivia!