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Capítulo 501 Accidente automovilístico

Las lágrimas de Isabella caían sobre su hombro, ardiendo como si pudieran dejar una cicatriz.

—Michael, te odio tanto. ¡No me toques!

—Si no te toco a ti, ¿a quién más puedo tocar? —la voz de Michael era ronca, temblorosa.

—Michael, si querías hacerte responsable, ¿por qué te divorciaste de mí en...