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Capítulo 18 Lidiando con la familia Hernández

A la mañana siguiente, la luz del sol se filtraba por las rendijas de las cortinas, despertando a Isabella. Se sentía aturdida y simplemente horrible.

Daniel entró, la miró y frunció el ceño.

—No has tocado el alcohol en tres años, y ahora vas y bebes un montón. No es de extrañar que te sientas fa...