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17. Aguas termales

Alaric interrumpió el beso en cuanto escuchó los golpes en la puerta, dejando a Aisling agitada y desorientada. Sus mejillas estaban encendidas, los labios hinchados, y su respiración descontrolada.

—¿Quién es? —preguntó él, claramente molesto por la interrupción.

—Soy yo, señor, Gerd —respondió s...