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Capítulo 28

La cara de Victoria se puso roja como un tomate con esas palabras, y justo en ese momento, un coche tocó la bocina cerca.

La ventana se bajó y Flora asomó la cabeza. —¡Elisa, vámonos!

Victoria estaba de espaldas a Flora, así que Flora no la reconoció de inmediato.

Elisa no tenía ganas de seguir d...