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Capítulo 117

Adelaide

Era temprano—demasiado temprano para que alguien estuviera despierto, pero no me importaba. Me encontré golpeando la puerta de la oficina de Esther, esperando a que abriera.

No había cerrado un solo ojo. ¿Cómo podría?

Todo lo que podía pensar era en esa visión, y se repetía en mi cabeza u...