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46. Cada ola rompedor

—¡Santo cielo! ¿Te comprometiste con Caspian Vanderbilt?— exclamó Mikey al abrir de golpe la puerta del salón de Audrey.

—Ja, eso casi rima— Audrey rió secamente. Estaba sentada casualmente en el sofá, bebiendo su té. También había comida en la mesa, ya que estaba organizando su habitual brunch dom...