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Capítulo 7

La noche siguiente

Sentados en el suelo de la sala, estamos esperando a que termine el juego de papá para poder tener nuestra habitual noche de películas de los viernes. Luke y yo estamos discutiendo sobre qué película ver.

—Silencio, ustedes dos —nos reprende papá.

Pongo los ojos en blanco y Luke se ríe de la cara que hago, imitando a papá. Le doy un codazo en las costillas y él se ríe antes de que papá nos lance una mirada fulminante, haciéndolo callar.

—Voy a hacer palomitas —le susurro.

—Y trae el chocolate —me susurra y me guiña un ojo.

—No hay. Se me olvidó comprar más hoy —le dice mamá, y él hace un puchero.

Pongo los ojos en blanco y le doy un codazo en las costillas mientras me levanto del suelo donde estoy acostada junto a él. Él se ríe y se da la vuelta, mirándome con una sonrisa pícara.

—Hay chocolate en la caja de zapatos debajo de mi cama —le digo, y él salta y sale corriendo hacia la puerta. Me río mientras corre por el pasillo con sus pijamas de los Vengadores.

—¿En serio, Elena? Sabes lo hiperactivo que se pone —se queja mamá mientras pasa los dedos por el cabello de papá, que está sentado en el sofá, mirando la televisión.

—Tráeme una cerveza, El —me llama, y pongo los ojos en blanco pero me dirijo a la cocina.

Pongo las palomitas en el microondas antes de buscar en el refrigerador y sacar una cerveza para él. Vuelvo y se la entrego, y él me da las gracias, abriéndola y bebiendo un trago.

Sacudo la cabeza y escucho el pitido del microondas, así que regreso a la cocina justo cuando Luke pasa corriendo con mi alijo de chocolate bajo el brazo. Se desliza por el suelo de baldosas con sus calcetines rojos, resbalando y dando un grito de guerra que se convierte en un "¡oomph!" cuando se estrella contra la pared con un golpe. Me río, y él me saca la lengua.

—¡Nada de correr en los pasillos! —grita papá, y los hombros de Luke se enderezan mientras regresa a la sala.

Mientras estoy en la cocina, uso el cargador de mi padre y conecto mi teléfono para cargarlo, dejándolo en el mostrador antes de sacar un tazón, verter las palomitas recién hechas y agregarles sal extra.

Metiendo algunas en mi boca, camino de regreso por el pasillo cuando escucho que empieza el noticiero. Luego, escucho a papá decirle a Luke que puede poner su película, solo para que él gruñe.

—Espera, Luke, quiero escuchar esta noticia sobre el Alfa Axton —le dice papá, y frunzo el ceño.

—¡Cariño, sube el volumen! —grita, y escucho que el volumen de la televisión sube mientras llego a la entrada.

Miro la pantalla de la televisión por un segundo cuando mi teléfono empieza a sonar. Gimo, dándome la vuelta para recogerlo cuando escucho que mencionan mi nombre, y me detengo en el pasillo, volviendo a la sala.

—¿Qué? —jadeo, entrando en la sala. Me detengo junto al sofá cuando veo lo que está pasando, y el tazón de palomitas se me cae de las manos. El tazón de vidrio se rompe en el suelo a mis pies, los fragmentos de vidrio cortan mis piernas, y mi madre jadea, cubriendo los ojos de mi hermano, mientras un video de la habitación del hotel donde pasé la noche se reproduce.

Mi madre me mira horrorizada, y mi sangre se enfría. Mi corazón late con fuerza en mis oídos mientras mi estómago se hunde en algún lugar oscuro y frío dentro de mí al ver lo que toda la ciudad está viendo. Algunas partes de nosotros están borrosas, demasiado inapropiadas para mostrar, pero mi rostro se ve claramente. Él nos filmó juntos. Esa impactante realización atraviesa mi pecho, y escucho a Lexa gemir por lo que nuestro compañero nos ha hecho.

El horror me invade. Cuando el breve clip termina, solo empeora cuando las fotos desnudas de mí cubren la pantalla, y grito, corriendo hacia la televisión para arrancarla de la pared. Entonces, mi padre se levanta, y me quedo paralizada. Todo su cuerpo se tensa, y miro a mamá, que lo observa con los ojos muy abiertos antes de que su mirada aterrorizada caiga sobre mí.

Él se vuelve hacia mí, y retrocedo, petrificada por la mirada asesina en su rostro.

—Papá, lo siento... yo... —jadeo, buscando una explicación lo suficientemente buena, pero no tengo ninguna.

Sus colmillos se asoman y sus garras salen de sus dedos mientras me gruñe.

Mamá grita, saltando de su asiento, y mis ojos se dirigen a ella fugazmente para ver el pánico en sus ojos cuando el puño de mi padre conecta con el costado de mi cara. Me tambaleo hacia atrás, sujetándome la cara. Mi visión se vuelve negra cuando siento que mi mejilla y ojo se hinchan. Miro hacia arriba solo para ver su puño volando hacia mi cara de nuevo, conectando con mi nariz. La sangre brota de mi nariz cuando él agarra mi cabello, lanzándome por el pasillo. Ruedo por el suelo de baldosas.

Puedo escuchar a mi madre gritando a lo lejos y los gritos desgarradores de Luke, diciéndole que se detenga cuando su pie me patea, haciendo que mi espalda se arquee. Sin embargo, no puedo ver nada ya que mis ojos se hinchan, y en el momento en que recupero algo de reconocimiento, me patean de nuevo, el golpe brutal me quita el aire de los pulmones.

—¡Maldita zorra! ¡Te mataré! —ruge mi padre cuando tropieza sobre mí.

Parpadeo, jadeando por aire, y el suelo está resbaladizo con mi sangre mientras trato de levantarme, preguntándome por qué Lexa no me deja transformarme y ayudarme.

—¡Derrick! ¡No, no! —grita mamá.

Me doy cuenta de que debe haber sido ella quien lo empujó, su voz más cerca que antes. La busco desesperadamente.

—¿Lexa? —murmuro, mis manos resbalando en mi sangre mientras ella grita en mi cabeza.

—¡Protege tu estómago! —me grita Lexa.

—Transforma —le jadeo, ahogándome con mi propia sangre.

—No podemos —gime ella, justo cuando el pie de papá conecta con mi cara, y todo se vuelve negro.

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