Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 28

—Malditos bastardos. Después de todo lo que he hecho por ellos—gruñe, cerrando de un portazo la puerta del coche. Luego, se gira hacia mí—. Y tú, poniéndote de su lado cuando yo solo intentaba darles una lección. Tenía todo el derecho. ¿Cómo se atreve ella a exigirme algo?—masculla antes de arrancar...