Read with BonusRead with Bonus

Cabalgar

Grace observó cómo Edward se llevaba los dedos a los labios, como si quisiera asegurarse de que todavía estaban allí. Entonces, ella reaccionó; sus mejillas se tornaron rojizas, tan ruborizadas que llamaron la atención de Edward.

―Lo siento, no sé qué me ha pasado, yo… yo… ―balbuceó, sin saber qué ...