Read with BonusRead with Bonus

11

—Vale, ya veo que no te importa tu hijo y lo más importante es el trabajo como siempre. Olvídalo, me las arreglo sola.

—Tampoco te pongas así, prometo enviar a alguien por ti.

—¡No! No envíes a nadie, ¿sabes que? Adiós, no me molestes —soltó ardida, le colgó con brusquedad.

El hombre se quedó mir...