Read with BonusRead with Bonus

¡Esa chica otra vez!

Conducíamos en silencio, la tensión entre nosotros era palpable. Nuestros intentos de sonreír se sentían forzados y nerviosos, sin lograr romper la incomodidad. Al llegar al pueblo, las luces azules parpadeantes y la presencia de policías por todas partes aumentaron nuestra ansiedad.

—¿Qué pasó aqu...