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Érase una lluvia

Recuperando mis sentidos, me di cuenta de que estaba sentada en un pequeño charco de sangre. El pánico me invadió mientras murmuraba —¡No, no, no, no! ¡No otra vez!— Rápidamente, me levanté, limpiando las manchas de mi ropa.

Impulsada por una mezcla de ira y miedo, corrí hacia el cuarto de almacena...