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El fantasma del pasado

Su aliento llevaba el nauseabundo hedor de carne cruda, espeso y sofocante, invadiendo mis sentidos y haciendo que mi estómago se revolviera. Su aliento golpeaba mi rostro con cada exhalación. Me atraganté, retrocediendo instintivamente contra la cama debajo de mí.

*Espera... ¿la cama? ¿De dónde sa...