Read with BonusRead with Bonus

Sombras levantadas

La sacudí, más fuerte esta vez, mis manos aferrándose a sus hombros, suplicando que se liberara. —¡Willow! ¡Por favor!— grité, mi voz llena de desesperación. Pero ella permaneció sin respuesta, su cabeza colgando, sus ojos vidriosos y vacíos. La petrificación avanzaba lentamente por su cuerpo, centí...