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Límites

—Necesito que te relajes— susurra Zaid en mi oído.

Estamos acostados de lado, mirándonos. Mi pierna está sobre su cintura y su mano alcanza mi trasero, donde está presionando el plug. Me aferro a sus hombros mientras siseo. Incluso con todo el lubricante, es un ajuste muy apretado.

—Es demasiado g...