Read with BonusRead with Bonus

Ella es mía

Las agujas de pino se pegan a mis agujas, y siseo, soltando una mano.

—¡Alina! Dime cuando sueltes —grita Zaid.

Gruñe mientras toma más del árbol. Luchamos contra el marco de la puerta y no puedo evitar la risa que burbujea dentro de mí.

Intentar maniobrar el árbol a través de la puerta y hacia l...