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Mi amuleto de la suerte

El gimnasio está lleno cuando llegamos, vibrando de emoción.

Nikki me mira, con la boca abierta. —¡Nunca he visto tanta gente en un partido!

Nos abrimos paso entre la multitud, ambas con las camisetas del equipo. La gente nos mira y, al ver lo que llevamos puesto, nos animan en la cara. La energía...