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Ahora mismo

Zaid conduce con una mano en el volante, la otra descansando casualmente en su muslo. El cielo afuera se está tornando en ese negro oscuro de la noche, y el silencio entre nosotros no es incómodo. Está lleno de las cosas que nos estamos dando mutuamente para decir.

Lo miro de reojo. La pendiente de...