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Podemos hablar

El viento lleva el aroma de pinos y agua de lago hacia nosotros, la brisa es fresca.

No me giro para mirar a Zaid, solo siento su cuerpo contra el mío. La toalla aún se aferra a mi piel húmeda y estoy increíblemente incómoda. Aun así, no quiero alejarme de su toque.

La barbilla de Zaid descansa li...