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Xana miró como se llevaban a Lilya. Sería desterrada justo en la mañana una vez que la Luna se ocultara para no ofender la bendición de la Diosa. Por un lado, se sentía más tranquila. Aquello que llevaba tiempo poniéndose en el camino ahora no estaría y podría acercase más a sus hijos, sin embargo, ...