Read with BonusRead with Bonus

111

White detuvo mínimamente la presión en el cuello de Lilya, apenas dejándola respirar, pero sin soltarla. Sus ojos fulminaban a la loba tanto que solo quedaba odio en ellos.

Pasaron unos segundos tan largos que parecieron eternos. White aun dudada. Podía matarla fácilmente, solo debía apretar más. Y...