Read with BonusRead with Bonus

Era ella

—  Vamos mírala —  me dijo y abrió uno de mis ojos haciendo que me quejara.

—  Ouch, déjame Saúl por un demonio.

Tomé a mi amigo del brazo y lo saqué de mi oficina, seguí trabajando con normalidad pero me entró un mensaje de su parte, lo mire en la parte de arriba del celular sin abrirlo y fue ahí...