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Eduardo, disfrutaba de las caricias de aquella rubia. Ya estaba encima del, sentado en su silla giratoria.

Cuando trabajaba, eran pocas las ocasiones, sentado en su silla de ruedas.

En aquella silla majestuosa y giratoria.

Se sentía poderoso, y a veces se olvidaba de su condición. Más sintiendo l...