Read with BonusRead with Bonus

78

No entendí cómo podía decir eso cuando tenía la cara grasosa, las mejillas llenas de comida y los dedos sucios.

—Pareces una niña malcriada…

—Sera por qué¿ no te dieron de comer? — protesté.

—Eres preciosa, eres la mujer de mi vida — dijo.

Casi me ahogo con la comida, pero me quedé en silenc...