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66. No quiero divorciarme

Las manos de Holly temblaban sobre sus piernas, empapadas de sudor, mientras la mirada de Clodan se posaba sobre ella. Ambos estaban sentados frente a frente, ella sin tocar el café que le habían ofrecido, y él esperando a que dijera algo. Sin embargo, la incomodidad reinaba entre ellos, a pesar de ...