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Necesito que me odies

Hace más de diez minutos me encuentro en la oficina de Ariel esperando a que el hombre me entregue los balances que solicité, pero ha inventado miles de excusas.

—No quiero recargarte el trabajo, yo me encargo de los estados contables de la empresa.

—¡Eso lo decido yo!.

—Está bien, solamente te p...