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A Celeste se le han ido los colores del rostro. Creo que, me pasé con mi broma y fue muy pesada para ella.

—No te preocupes, amor mío. Ella y yo ya estamos divorciados. —le digo, encogiéndome de hombros como si no me importara.

—Lo sabía, esa mujer se muere de amor por ti. Debiste haberte quedado ...