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No es una loba sumisa en el sexo

Los gemidos salían de la boca de Priscila apenas cubierta por su mano. La estimulación de su cuerpo, más las feromonas, más el celo no la dejaba pensar. Cada zona done Layan tocaba, donde lamía, donde mordía era como si fuera una fibra nerviosa y eso hasta cierto punto la asustaba, pero estaba tan i...