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Capítulo 550 Difícil de resistir

Elizabeth cubrió su rostro y comenzó a llorar suavemente.

Juan, que había estado descansando cómodamente, se sorprendió por su reacción. Rápidamente puso los pies en el suelo y se acercó a ella.

—¡Elizabeth, vamos! ¡Ni siquiera he dicho nada aún! ¿Por qué lloras ya? Si alguien ve esto, pensará que...