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Capítulo 8 Sal de mi casa

Nathan estaba furioso por culpa de Diana, y su pecho empezó a dolerle como loco. Casi se desplomó.

Mia saltó para sostenerlo, con la cara triste y una lágrima deslizándose por su rostro perfectamente maquillado.

—¡Diana! ¿Quieres darle un infarto a tu padre o qué? —gritó Mia.

Diana solo se encogi...