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Capítulo 118 Ana y Clara tienen cada una su propia agenda

Sin embargo, parecía que el destino tenía un sentido del humor retorcido. Mientras corría por el pasillo, perdido en mis propios pensamientos, doblé una esquina y choqué de frente con Aria.

Nuestros ojos se encontraron, y allí estaba ella, con lágrimas corriendo por su rostro, pareciendo un ciervo ...