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Capítulo 106 La madre loca y la hija deprimida

Pronto, el agudo aullido de la sirena de la ambulancia rompió el tenso silencio. Los paramédicos saltaron, su eficiencia urgente me apartó mientras se dirigían hacia Edward. Tropecé y caí al suelo, sentada allí aturdida, con la mente en blanco como si mi alma se hubiera ido.

Observé, entumecida, mi...