Read with BonusRead with Bonus

Rojo ardiente

Ana se suelta de su agarré mirándolo con despreció, sin decirle algo, se sube al auto y cierra la puerta de un portazo.

Sebastián voltea a mirar a Cáceres, que está de pie mirándolo fijamente.

Ana antes de marcharse mira a Sebastián, pero es una mirada devastadora que provoca una tensión en el cue...