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De tu angustia me alimento

—¡No!— exclamó y retrocede un paso por lo tanto Alessandro esboza una sonrisa maligna, a él le encanta que le tengan miedo de hecho de eso se alimenta para seguir haciendo el mal para sentirse poderoso

—¿No?— frunce el ceño y Bianca mira a su madre

—puedes llevarme a tu habitación— interviene Sonia ...