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Capítulo 28:

Cuando abrí los ojos, pude oler la playa, la salinidad llenaba mis fosas nasales y una sonrisa apareció en mi rostro. Miré la hora y vi que solo habíamos estado en la carretera unas pocas horas.

—Estamos casi allí —susurró Tye.

Me senté y eché un vistazo al paisaje. Estaba cerrado por el bosque, p...