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Capítulo sesenta

El palacio estaba impregnado de un silencio sombrío, una quietud que parecía reflejar el luto colectivo de sus habitantes. Los pasillos, usualmente llenos de actividad y vibrantes con la energía de la vida cortesana, ahora se sentían apagados. La muerte de Carlos, una vez el rey venerado y una figur...