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Capítulo cuarenta y seis

El amanecer se rompió suavemente al día siguiente, su luz gentil filtrándose a través del espeso follaje que rodeaba el palacio. Parecía como si todo el mundo se hubiera desplazado con la llegada del sol, llenando su santuario con un renovado sentido de esperanza. Sin embargo, bajo la belleza de la ...