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La visita del yerno

—Alice…—su madre tocó su rostro, pero la joven no despertaba.—¡Alice!

—¡Mamá!—abrió los ojos de manera exagerada, un poco alarmada por la manera en la que su madre la despertaba. De inmediato la señora abrió su armario y comenzó a buscarle topa.—Allí no hay nada que me sirva, ya todo me queda grande...