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¡Devúelveme a mi hijo!

Stefano cargaba entre sus brazos a mi hijo, sosteniendo una pistola con la punta sobre su cabeza,  el espacio era enorme y había un par de salidas por un costado, y detrás de él solo el vació.

—¡No! —grité de inmediato a penas lo vi, me detuve en una rabia e impotencia, pero con un maldito odio, co...