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Protegiendo a Vinicio

Vicenzo vino hasta mí, me abrazo por la espalda y me llevo a la salida, la luz del sol me provoco un fuerte dolor en la parte posterior de los ojos, los cerré mientras ese incómodo malestar pasaba. Me tomo del brazo y me empujo hasta llegar al auto, abrió la puerta y me hico entrar

—¿A dónde vamos?...