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Capítulo 47: Hacía el altar.

Los pensamientos se fundían con el viento que entraba agradable entre las cortinas de aquella lujosa habitación de hotel. Las personas iban y venían, quizás, con demasiada prisa, para que todo estuviese mucho más que perfecto. Acomodando su corbatín negro, y aquellas flores blancas de su bolsillo, C...