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LA TRIFULCA

Pronto nos dirigíamos hacia las aguas poco profundas de abajo.

Serena se lanzó hacia mí con el cuchillo de mantequilla, me sostuvo bajo el agua con su otra mano.

—¡Serena! —grité mientras el agua entraba en mi nariz y boca y no podía respirar. Luché con su brazo mientras intentaba apuñalarme pero ...