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El hombre indicado

—tendremos mucho tiempo para ambos— interrumpe Miguel— pero lo que no puede esperar son mis ganas de besarte, mi Dulce María.

Miguel la atrae y ella se pierde en la guapura de su hombre, dejando su incertidumbre a un lado y dejándose llevar por ese beso de amor, de esos besos que llegan al alma hac...