Read with BonusRead with Bonus

Eden le gritó a Lavanya

Lavanya estaba durmiendo hasta tarde en la mañana. Amelia tocó la puerta, pero no obtuvo respuesta. Lentamente abrió la puerta y entró.

—Señora, ¿está bien? —preguntó Amelia, revisándola—. ¡Oh, Dios mío! Tiene fiebre alta. Iré a informar al señor.

Antes de que Lavanya pudiera detenerla, bajó las e...