Read with BonusRead with Bonus

Tienes que firmar

Era justo como lo había imaginado—alto, piel bronceada, hombros anchos, frío y apuesto. Llevaba un blazer sobre una camisa abotonada, con los dos primeros botones desabrochados.

Tragué saliva. Era guapo.

No, eso era un eufemismo. Era el mismo Adonis. Mira esas gruesas pestañas oscuras, el cabello ...