Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 5

Estaba tan emocionada, estaba tan cerca de tomar el control completo de mi vida. Acababa de conseguir un trabajo. Traté de ocultar mi emoción lo mejor que pude y luego la dejé salir en el momento en que salí de la librería.

—¡Lo conseguí! —grité con entusiasmo.

—Gracias por todo el ánimo y apoyo, no podría haberlo hecho sin ti.

—No es nada, créeme, nos tenemos el uno al otro. No podía esperar para ir a casa y compartir las buenas noticias con mamá, estaría tan emocionada cuando se enterara.

—Deberíamos comprarte un vestido nuevo para tu primer día de trabajo.

—Quiero comprar un vestido nuevo, pero no tengo dinero para hacerlo.

—Solo sígueme.

Laurie me llevó a una tienda de vestidos hermosa. Había vestidos preciosos y todos parecían caros.

—Son todos caros —la acerqué para susurrarle al oído—. La ropa parece cara, deberíamos irnos.

—Tengo justo el dinero suficiente para comprar uno y quiero que lo aceptes como un regalo de mi parte también.

—¿Por qué estás haciendo todo esto por mí? ¿Por qué eres tan amable conmigo?

—Porque te lo mereces y es mi pequeña manera de devolverte tu amabilidad.

—¿Qué he hecho?

—Estuviste ahí para mí cuando éramos pequeñas y ahora que tengo una oportunidad, no dudaré en devolverte el favor.

—¿Recuerdas cuando me dabas tu comida cada vez que me quejaba de que no estaba llena?

Me sorprendió que lo recordara, yo lo había olvidado.

—Sí, y eso fue hace mucho tiempo.

—Podrías haber elegido no hacerlo, pero no lo hiciste y estoy agradecida por eso.

—Lo necesitabas más.

—Y ahora tú necesitas esto más. Ve y pruébatelo ahora.

Sacó un vestido marrón sencillo y me lo entregó.

—Sí, señora.

—Ahora me harás sentir como una vieja Gina.

—Nooo —dije y ambas nos reímos de eso.

Salí unos minutos después vestida con el nuevo vestido y me quedaba perfecto.

—Esto te queda perfecto.

—Sí, pero es muy caro. Son $50, Laurie, no podemos permitirnoslo.

—Ve a cambiarte y encuéntrame en el mostrador. Y por favor, sé rápida.

Laurie se fue y yo fui a cambiarme de nuevo a mi vestido y la encontré en el mostrador como había dicho. Ya lo había pagado y estaba en una bolsa. Y salimos de la tienda.

Ya se estaba haciendo tarde, así que tomamos el metro que nos llevó a la estación de autobuses, y cuando llegamos allí, tomamos un autobús que iba a Cattagana, donde estaba el orfanato.

Al llegar al orfanato, vimos a Bella saludando a Lara y Joe. Entonces recordé que se suponía que debía irse hoy. Lo mencionó anoche.

En el momento en que Bella me vio, corrió hacia mí y me dio un abrazo muy fuerte y luego fue hacia Laurie para abrazarla también.

—Te extrañaré mucho, Arya, y tus nanas. Y a ti también, Laurie.

—Yo también te extrañaré, mi querida Bella, y sé que tu nueva mamá y papá te cantarán nanas más dulces.

—Yo también te extrañaré, Bella —dijo Laurie.

—Por favor, cuida de Lara y Joe.

Miré hacia donde estaban parados y pude verlos llorar.

—Lo haremos —dijimos Laurie y yo al unísono.

—Adiós —dijo mientras se iba con sus nuevos padres.

Laurie y yo nos acercamos a Lara y Joe, y me abrazaron mientras saludábamos a Bella hasta que se fueron. Laurie entró, dejándome a mí y a los niños afuera.

—Extrañaremos a Bella.

—Lo sé, y yo también la extrañaré.

—Quiero ir a un nuevo hogar —dijo Lara.

—Yo también —siguió Joe.

—Pronto... muy pronto. Ya casi es hora de dormir, entremos para que pueda cantarles hasta que se duerman.

—¡Yaaay! —gritaron emocionados.

Después de ponerlos a dormir, fui a ver a mamá para compartir las buenas noticias con ella. Estaría tan orgullosa de mí.

Toqué su puerta y me permitió entrar. Habló como si me hubiera estado esperando.

—Has estado fuera todo el día. Me estaba preocupando.

—Tengo buenas noticias, mamá, y además, ya soy adulta, puedo cuidarme sola.

—Lo sé, pero no puedes culparme por preocuparme. Sabes que no has estado en la ciudad sola, especialmente por tanto tiempo.

—¿Cuál es la buena noticia?

—Conseguí un trabajo.

—Eso es genial.

—¿Cuándo empiezas?

—Mañana.

—Eso es muy pronto.

—Lo sé.

—Pero estoy orgullosa de ti y por favor cuídate y sé una buena chica.

—Sí, mamá, lo haré —nos dijimos buenas noches y volví a la habitación.

Ya era tarde y necesitaba tomar una ducha. Laurie ya estaba en la cama, pero aún no dormida.

Me dirigía al baño cuando escuché a la señora Gina llamándome.

—Sí, señora Gina.

—¿Dónde estuviste todo el día? —preguntó, rebosando de ira.

—Fui en busca de un trabajo.

—¿A quién le importa? ¿Abandonaste tus tareas por quién?

—No abandoné mis tareas, me aseguré de terminarlas antes de irme.

—No quedan víveres —no dije nada; solo me quedé callada y la escuché.

—¿Eres sorda y muda?

—No, señora Gina.

—Asegúrate de conseguir los víveres temprano mañana por la mañana.

—Acabo de conseguir un trabajo y tengo que estar allí a primera hora mañana.

—No me importa. Asegúrate de no desobedecer mi orden.

—Sí, señora Gina.

Se fue furiosa. Aún no entiendo por qué esta mujer me odia tanto.

Rápidamente me bañé y volví a la habitación.

—Escuché voces. Más de la señora Gina. ¿Algún problema?

Me sorprendió ver que Laurie aún estaba despierta.

—Pensé que ya estabas dormida.

—Lo estaba, pero la señora Gina me despertó. ¿Cuál es el problema?

—Quiere que consiga víveres a primera hora mañana.

—Pero esa no es tu tarea y además tienes trabajo mañana.

—Se lo dije, pero insistió en que lo hiciera.

—Ves por qué necesitamos irnos de aquí —asentí ligeramente.

—No te preocupes, yo te ayudaré a conseguirlo. Apúrate y vete a la cama para que puedas despertarte temprano para el trabajo mañana.

—Muchas gracias, por hoy y por esto.

—De nada, ahora vete a la cama.

—Lo haré —rápidamente me cambié y me puse el camisón. Estaba súper cansada y no tardé en quedarme dormida.

Previous ChapterNext Chapter