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Capítulo 3

4:00 PM.

Es la hora de salida y todos se dirigen a algún lugar, ya sabes cómo es la vida en la secundaria, algunos están en la biblioteca, otros hablando con los profesores, algunos en el pasillo, otros en su casillero, algunos con su pareja y otros en detención. Nunca he estado en detención, supongo que soy demasiado buena.

Fui a dejar algunos de mis libros en mi casillero y cuando terminé, lo cerré y me di cuenta de que Victoria estaba parada detrás de la puerta con dos de sus amigas populares. Me sorprendió tanto que la chica más popular no solo de mi clase, sino de toda la escuela, estuviera detrás de mi casillero, no es como si fuéramos amigas.

—Angie, Angle, o como sea que te llames, perdón, ¿es Angie o Angle? —preguntó, las otras chicas detrás de ella comenzaron a reírse de mí, me quedé en silencio mientras la veía burlarse de mí y reírse con sus tontas amigas.

—De todos modos, escuché a Betty decir algo durante la clase de matemáticas, dijo que estás enamorada de Jones —en el momento en que dijo esto me sentí devastada porque no me creería si le dijera que no era cierto.

—Escucha Victoria, no estoy enamorada de Jones, ni siquiera lo conozco.

—Claro que no, y en caso de que tengas sentimientos por él, es mejor que borres el amor que tienes por él porque es mío —dijo.

—Bueno, felicidades entonces —dije y me alejé de ella. Salí de la escuela sin esperar a Betty. Mientras iba camino a casa, alguien me tomó de la mano por detrás, cuando me giré vi a Betty respirando como si hubiera corrido un maratón.

—¿Por qué estás sudando?

—Chica, ¿por qué me dejaste? Vinimos juntas a la escuela, deberíamos irnos juntas a casa.

—¿En serio, después de lo que hiciste en clase?

—¿Qué hice?

—Dijiste que amo a Jones.

—Vamos chica, ¿todavía estás enojada conmigo? Pensé que ya lo habías olvidado.

—Bueno, lo hice hasta que Victoria vino a advertirme que me mantuviera alejada de él.

—¿Qué? ¿Cómo pudo hacer eso y cómo es mi culpa?

—Bueno, cuando dijiste que amo a Jones, ella lo escuchó —dije y fruncí el ceño.

—Lo siento chica, vamos, ¿a quién le importa Victoria? Es solo una tonta que va tras chicos lindos.

Me reí cuando dijo esto aunque estaba molesta.

—Pero honestamente no me gusta Jones, solo lo vi y me pareció lindo, por eso lo miraba así.

—Está bien chica —dijo Betty y puso su brazo alrededor de mi cuello—. Vamos —dijo Betty mientras nos dirigíamos a casa.

Cuando llegué a casa, recogí la llave debajo de la alfombra porque mamá siempre dejaba la llave de repuesto allí. Abrí la puerta y entré. No había nadie en casa, papá siempre está ocupado, mamá siempre está ocupada y soy hija única. Crecí con mi tía y cuando ella comenzó a tener hijos, mamá le pidió que me trajera de vuelta a casa para no incomodarla, todo esto sucedió cuando tenía cinco años. Apenas veía a mi mamá y a mi papá, comencé a llamar a mi madre "mamá" hace seis años porque cuando mi tía me trajo a casa comencé a llamar a mi mamá "tía" y a mi papá "tío", y llamaba a mi tío "papá" y a mi tía "mamá". Fue tan malo que después de algunas semanas comencé a decirle a mi mamá y a mi papá que me llevaran a casa porque pensaba que mi verdadero hogar no era mi hogar.

Mentiría si dijera que no amo a mis padres, los amo mucho pero solo desearía que pudiéramos pasar más tiempo juntos.

Subí a mi habitación y tiré mi mochila en la cama, me senté y apoyé la mano en la frente. Estaba muy débil, así que me acosté en la cama y decidí tomar una siesta corta. Antes de cerrar los ojos, sonó mi teléfono, lo recogí y vi que era mamá llamando.

—Hola mamá —dije con una voz suave y extraña.

—Hola cariño, ¿cómo estás? ¿Cómo estuvo tu día?

Suspiré y rodé los ojos.

—Hoy estuvo muy bien mamá, ¿cómo está el trabajo?

—El trabajo está bien, ¿por qué suenas así, estás bien?

—Sí mamá, solo estoy cansada, estaba a punto de tomar una siesta antes de que llamaras.

—Oh, lo siento querida, te dejo dormir, ah y ayúdame a decirle a tu papá que hoy llegaré temprano.

Cuando mamá dijo esto, me sorprendí un poco.

—¿Papá está en casa? —pregunté mientras salía de mi habitación y me dirigía a su cuarto para ver si estaba en casa.

—Claro querida, ¿o no? Dijo que no saldría hoy.

Caminé hacia el cuarto de papá y lo vi comiendo espaguetis mientras veía la televisión en ropa interior. Papá me vio y me saludó con la mano.

—Eh... mamá, te llamo luego —dije y colgué la llamada—. Papá, te juro que no tenía idea de que estabas en casa.

—Sí, no lo sabías, ¿y por qué no estás en la escuela? —preguntó.

—Porque ya salimos.

—¿Ya salieron? —preguntó sorprendido y revisó su teléfono para ver la hora—. Ya son las 4:56 PM —dijo.

—Sí, lo es papá, ¿cuánto tiempo llevas así, quiero decir, comiendo espaguetis en ropa interior?

—No sé, desde las 12.

—Así que has estado comiendo espaguetis en ropa interior durante unas cinco horas, de todos modos no importa, estoy tan contenta de que estés en casa hoy —dije y caminé hacia él y lo abracé. Después del abrazo, me sonrió.

—Entonces, ¿quieres espaguetis? —preguntó y me extendió su plato de espaguetis. Toqué el plato con el dorso de mis dedos y estaba frío porque el aire acondicionado estaba encendido.

—Eh no papá, gracias, está frío.

—Sí, lo está —dijo papá y dejó el plato de espaguetis en el suelo—. Ahora ve a vestirte, vamos a salir —dijo papá y se levantó, caminó hacia su armario y sacó una sudadera.

—¿Vamos a salir? —pregunté con mucha emoción porque no había salido con mi papá en años.

—Por supuesto, cariño, ve a vestirte, quiero decir, ponte algo mejor, si vas a salir conmigo deberías verte estupenda, no como una nerd —dijo papá.

—Eh... papá, estoy justo aquí.

—Sí, lo sé, ahora ve a ponerte algo bonito —dijo y me guiñó un ojo mientras yo lo miraba con una sonrisa en el rostro.

Sabes, una cosa que me gusta de mi papá es que me entiende, es un papá pero aún tiene esta mentalidad de adolescente, a veces me obliga a ir al baile de graduación, me obliga a ir a los bailes de la escuela e incluso a las fiestas. La última vez que tuvimos baile de graduación en mi escuela le dije que no iba a ir, así que me quitó el teléfono hasta que cambié de opinión. Siempre dice que la vida escolar es la mejor y que cuando me vaya me daré cuenta de eso.

Volví a mi habitación y me vestí con un vestido azul elegante, no tenía idea de a dónde íbamos, pero como papá dijo que debía verme bonita, pensé que sería mejor si usaba un vestido elegante y bonito. Cuando terminé de vestirme, papá ya estaba en el coche esperándome. Me senté en el asiento delantero y me puse el cinturón de seguridad.

—¿A dónde vamos, papá? —Papá me miró y sonrió.

—Ya verás —dijo y arrancó el coche.

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