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La abuela lo mencionó

Tragué saliva y le devolví el abrazo aplastante que me dio. Me dejó sin aliento.

—No... puedo... respirar —jadeé. Ella era casi tan fuerte como Roman.

—Oh —gimió, avergonzada—. Lo siento.

Me aparté de sus brazos y le limpié las lágrimas del rostro.

—Chad me odiaría si viera a su hermosa novia as...